"Enseñar no es sólo una forma de ganarse la vida sino que es una forma de ganar la vida de los otros"
Miguel Ángel Santos Guerra

martes, 5 de julio de 2011

Características de los Indicadores de evaluación de centros


Los indicadores educativos son variables o rasgos con valor normativo. Operan como un sistema de señales que permite detectar con facilidad las discrepancias entre el estado ideal y la realidad —es decir, entre los propósitos y las realizaciones— y ayudan a proponer soluciones de mejora.
En el ámbito educativo los indicadores cuantitativos más usados se refieren, por lo general, a los elementos de entrada (inputs) y al ámbito de los resultados. En cambio, en lo tocante a los procesos educativos, la mayoría de ellos son de carácter cualitativo, quizás porque así lo exija la propia naturaleza de aquéllos, quizás porque aún no se han encontrado procedimientos que permitan cuantificarlos convenientemente.
A continuación se ofrecen algunos ejemplos de indicadores cuantitativos y cualitativos que suelen usarse con frecuencia en los estudios de evaluación de Centros:
La dificultad de medir y cuantificar muchos fenómenos educativos no debe hacernos pensar en que los indicadores cualitativos (descriptores) resulten menos útiles. Muy al contrario, en muchos casos presentan la ventaja de que permiten obtener una más rica información sobre la que fundamentar las decisiones oportunas. Para ello, no obstante, deben reunir algunos requisitos, entre los que se destacan los siguientes:
a) Relevancia: que se refieran a aspectos influyentes en la calidad de la educación.
b) Comprensividad: se deben contemplar todas las dimensiones importantes de cada uno de los aspectos citados.
c) Claridad y concreción: hay que evitar formulaciones excesivamente generales y con terminología ambigua.
d) Concisión: se debe huir de descripciones tan farragosas que hagan del indicador algo inoperante.
e) Operatividad: los indicadores deben facilitar la rápida obtención de la información necesaria para efectuar la evaluación y adoptar, en su caso, las decisiones de mejora.
Elaborar indicadores que reúnan todas esas condiciones es una tarea muy difícil y quizás, en algunos casos, imposible. Una descripción clara y concisa de un rasgo o aspecto puede no ser suficientemente comprensiva de todo su contenido o viceversa. Por ejemplo, el siguiente indicador: "la organización del Centro es adecuada", reúne los requisitos de relevancia (se refiere a un aspecto importante), comprensividad (abarca todo el contenido) y concisión; sin embargo, su formulación es demasiado general y ambigua y no ayuda a obtener información precisa.
Si el evaluador es capaz de elaborar un conjunto comprensivo de indicadores a partir de los condicionamientos legales, de las aportaciones de las ciencias pedagógicas, de la experiencia profesional y del consenso entre los distintos sectores de la Comunidad Educativa, puede decirse que tiene recorrida una gran parte del complejo camino que supone la evaluación del Centro Escolar.

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